miércoles, 2 de noviembre de 2016

La educación en peligro en Argentina y Brasil

Las reformas en la educación en Argentina y Brasil, realizadas o en realización, muestran un cambio en la filosofía inclusiva que va hacia la elitización y la profundización de la desigualdad y exclusión social.
                      
        Con los cambios políticos ocurridos en Brasil y Argentina en este último año la educación se ve atravesada por “nuevos” e iguales paradigmas. Así, a pesar del alto grado de desigualdad y de exclusión social en ambas sociedades,  se abandona el foco en la “inclusión” de las políticas educativas de los gobiernos anteriores en pos de la “eficiencia”.  Y esto se refleja en políticas presupuestarias restrictivas y en el abandono de otras políticas de inclusión, aunque se hayan demostrado exitosas.
       Según el  Michael Apple (EE.UU) este fenómeno es el fruto de los nuevos aires que vienen de una extraña y peligrosa mezcla entre neoliberalismo y neoconservadurismo.  Los profesores de filosofía del derecho María García Amilburu, de la UNED (España) y Giuseppe Mari, del Sacro Cuore (Italia), por su vez, critican las reformas realizadas en Europa en este sentido porque le quitan la perspectiva humanista a la educación, lo que produce la “angustia del presente”, que se traduce en alcoholismo, violencia, desgano  y falta de perspectiva de futuro de los jóvenes.
     En el presente encuentro vamos a hablar de cómo los gobiernos de Argentina y Brasil se han alineado con los “nuevos tiempos”, que ponen la enseñanza al servicio del mercado, en la búsqueda de respuestas a una educación que necesita  de una reforma estructural para estar a la altura de los nuevos tiempos, pero sin olvidar su  foco: el alumno en su integridad, no solo como engranaje de la maquinaria del mercado.



¡Que lo disfruten!



El artículo comentado
por Osvaldo Di Prinzio

Educar al soberano:

     Sarmiento escribió esta frase hace mas de 150 años, que se contrapone a la de la editorial que dice que hay que Educar para el trabajo. Educar al soberano significa ilustrar a los pueblos sobres sus derechos y deberes ciudadanos, y adentrarlo en los valores republicanos y democráticos, más cercano a que el hombre se realice en sociedad. En cambio, educar para el trabajo parecería un retroceso al Homo Habilis, homidio que vivió en África entre 1,9 y 1,6 millones de años atrás.  De esta forma se estudia para tener una salida laboral. Indudablemente, nadie niega que el estudio abre puertas a mejores empleos, pero no se puede resumir la educación a solo prepararse para las tareas agropecuarias, de alimentos y bebidas y en el área del software. Seguramente uno puede formarse y capacitarse técnicamente para realizar tareas en la que es más apto, que pueden ser distintas a las indicadas. La escuela no es una fábrica de hacer chorizos, que sirven para lo que pide el mercado, porque el país también exige ciudadanos mejores y más democráticos, que sean tolerantes con el otro, aunque el mercado laboral (para los neoliberales, todo es un mercado como el del petróleo, la soja o el software, no importa que en este caso se hable de personas como yo o como vos) prefiera trabajadores más preparados y que ganen menos, mucho menos, porque hay trabajadores de otros lares que seguramente lo harían encantados.-



Para construir el futuro de quienes hoy estudian es preciso saber qué perfiles profesionales harán falta en el país en las próximas décadas
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