Analizaremos las proyectos legislativos que impulsan los gobiernos de Brasil y Argentina con medidas restrictivas para los trabajadores de ambos países.
Michel Temer asumió como presidente de Brasil el 31 de agosto pasado fruto de un golpe palaciego. Sin embargo se hizo del sillón presidencial el 13 de mayo y, aunque haya sido de forma interina, desde aquel primer momento desarrolló políticas económicas contrarias a las de su antecesora, Dilma Rousseff, del cual era vice, con la desenvoltura de quien ganó las elecciones legítimamente. Si bien son 10 meses de gobierno temerista, habría que sumarle casi todo el año 2015, año en el que, con el fin de destituir a la presidente Rousseff, Eduardo Cunha, presidente de la cámara de diputados en aquellos tiempos, del mismo partido de Temer, junto a sus aliados bloquearon sistemáticamente todas las iniciativas legislativas propuestas por el poder ejecutivo que tenían la finalidad de mejorar la economía.
En el caso de Argentina, la llegada al poder de Mauricio Macri se dio en elecciones presidenciales limpias, pero fruto de la combinación de una campaña mediática inmunda y un discurso electoral colmado de promesas mentirosas. De hecho, al igual que su álter ego Menem, “confesó” que si decía en la campaña lo que realmente iba a hacer en el gobierno no lo votarían. Parece que los imperativos de la “viveza criolla” son más fuertes que la mesura y el decoro propios del republicanismo.
A pesar de las diferencias de ambos procesos, las consecuencias para los trabajadores y la pequeña y mediana empresa son las mismas en los dos países. La prometida “recuperación de la economía” no se ha producido, por el contrario, los números indican retracción tanto en el comercio como en la pequeña y muchos sectores de la gran industria.
También tienen en común que, ante el descalabro macroeconómico que supieron conseguir, la variable del ajuste sean los trabajadores. Por eso vemos, por ejemplo, que sincrónicamente los gobiernos de Argentina y Brasil han propuesto medidas legislativas para elevar la edad mínima jubilatoria y otras medidas restrictivas. Por su vez, mientras el gobierno de Temer ha abandonado explícitamente la política de la valorización del salario mínimo, Macri pretende “encorsetar” las paritarias (libre negociación de los salarios entre sindicatos y agremiaciones empresariales) para que los salarios se negocien por debajo de la inflación con la finalidad de frenarla mediante la reducción del poder de compra de las familias obreras.
Y en este nuevo clima creado por los ministerios de economía, multinacionales y grupos monopólicos aprovechan para hacer una “reestructuración laboral” sui generis: despedir para volver a contratar por sueldos más bajos y menor protección social. Así la empresa AGR, Artes Gráficas Rioplatenses, del grupo multimediático Clarín, despide 380 empleados sin demostrar problemas en la producción. Lo mismo hace su par brasilero, el grupo O Globo, en forma casi silenciosa.
Pero estos casos son meramente ilustrativos de una realidad más grave: en Brasil, según datos del gobierno, el desempleo trepó al histórico 11,9% en el sector formal (12.100.000 de trabajadores), pero que llegan al 21,2% si consideramos el trabajo informal; en Argentina, a pesar de las mezquinas y fantasiosas cifras del “nuevo” INDEC (8,5%), los analistas más confiables apuntan un desempleo en torno al 10% u 11% en el sector formal.
Esto es lo que abordaremos durante una hora en el presente encuentro.
A pesar de las diferencias de ambos procesos, las consecuencias para los trabajadores y la pequeña y mediana empresa son las mismas en los dos países. La prometida “recuperación de la economía” no se ha producido, por el contrario, los números indican retracción tanto en el comercio como en la pequeña y muchos sectores de la gran industria.
Y en este nuevo clima creado por los ministerios de economía, multinacionales y grupos monopólicos aprovechan para hacer una “reestructuración laboral” sui generis: despedir para volver a contratar por sueldos más bajos y menor protección social. Así la empresa AGR, Artes Gráficas Rioplatenses, del grupo multimediático Clarín, despide 380 empleados sin demostrar problemas en la producción. Lo mismo hace su par brasilero, el grupo O Globo, en forma casi silenciosa.
Esto es lo que abordaremos durante una hora en el presente encuentro.
¡Que lo disfruten!
"La coincidencia de la semana"
En esta ocasión vamos a hablar de cómo las escuchas teléfónicas que la operación Lava Jato dejó filtrar, en Brasil, para menoscabar la figura del expresidente Luiz "Lula" da Silva se repiten en la Argentina con la finalidad de desprestigiar políticamente a la expresidenta argentina Cristina Kirchner.
Para mayores informaciones vamos a reproducir el artículo del periodista especialista en temas judiciales, Raúl Kollamnn, publicado en el periódico argentino Página 12.
Para mayores informaciones vamos a reproducir el artículo del periodista especialista en temas judiciales, Raúl Kollamnn, publicado en el periódico argentino Página 12.
La escucha, que fue difundida por los medios, se realizó en una causa armada contra Oscar Parrilli. En ese expediente también se escuchó a dos agentes de la AFI: a ellos por unos días, a Parrilli por meses. CFK denunció espionaje político.
La escucha, que fue difundida por los medios, se realizó en una causa armada contra Oscar Parrilli. En ese expediente también se escuchó a dos agentes de la AFI: a ellos por unos días, a Parrilli por meses. CFK denunció espionaje político.
La una insólita maniobra distractiva y una exhibición de espionaje político, la alianza judicial-mediática, en este caso ampliada a los servicios de inteligencia, difundió ayer un audio de una conversación telefónica entre la ex presidenta de la Nación Cristina Fernández de Kirchner y el ex secretario de la Presidencia Oscar Parrilli. El diálogo, en el que hablan sobre el espía Antonio “Jaime” Stiuso, no encierra delito de ningún tipo, a menos que se intenten forzar las palabras, cosa que corrió a cargo del fiscal Guillermo Marijuan. El fiscal denunció a CFK por abuso de autoridad porque, según él, debe investigarse si a Stiuso se le armaron causas. Adujo que en una parte de la conversación, CFK le dice a Parrilli: “empezá a buscar todas las causas que le armamos, no que le armamos, que lo denunciamos a Stiuso”. Las denuncias que el gobierno anterior hizo contra el ex agente se presentaron a la Justicia, fueron impulsadas por fiscales y hoy son causas judiciales en curso, por lo general investigadas con poco entusiasmo por la vieja alianza entre Comodoro Py y los servicios de inteligencia. El punto clave del caso es que se utilizó un expediente para ordenar una escucha a Parrilli desde junio a septiembre del año pasado, y por esa vía espiar a Cristina. El método fue el utilizado en los secuestros, con lo que se consiguió información al instante sobre las actividades de CFK. La difusión de la escucha se hizo justo el día en que el titular de la AFI, Gustavo Arribas, tenía que presentar sus explicaciones por las transferencias que realizó el cambista brasileño de la constructora Odebrecht y que le llegaron a Arribas desde una empresa falsa armada en Hong Kong. “Divulgar esa escucha es una maniobra delictiva”, señaló ayer Carlos Alberto Beraldi, abogado de CFK.
Oscar Parrilli, exsecretario de la Peresidencia, con la expresidenta Cristina Kirchner (imagen: Telam) |